Tórtolas: la cumbre o la vida
- Con el espíritu en alto y la chispa vivaz que caracteriza a toda expedición, partimos “el 18” a una nueva conquista: el cerro las Tórtolas, cumbre máxima de la Región de Coquimbo (6.172 metros).
- El edema cerebral que afectó a uno de los nuestros, cambió las maniobras de ataque a cumbre, por maniobras de evacuación y rescate. Aunque no coronamos la cima, obtuvimos una recompensa invaluable: salvar una vida.
El cerro Las Tórtolas, un sueño en tierras de la Región de Coquimbo, estaba hacía ya tiempo en carpeta, como una de las expediciones posibles en estos inhóspitos lugares.
Tito, el Jefe de Expedición, se dio rápidamente a la tarea de organización, enviándonos regularmente instrucciones desde su reducto en la Av. del Mar en La Serena, su nueva morada desde algo así como un año.
Tras un fin de semana previo mixto de aclimatación y entrenamiento, comenzó el peregrinaje; los expedicionarios se dividieron en tres grupos, con el acuerdo de reunirse en el Campamento Base, el día 17, fecha «oficial» de inicio de la expedición.
El “Grupo de Avanzada” compuesto por Gabriel Muñoz, Cristián Muñoz, Fernando “Fitipaldi” Salvador y Beatriz Delgado, viajaron todo el día 15, para llegar a eso de las 18:00 hrs. al limítrofe Retén Juntas del Toro. «Mi” Cabo Leal y “Fronterizo”, un cachorrito de verde y estrellado chaleco, les daban la bienvenida, además de invitarlos cordialmente a olvidarse de campamento y carpas, y hospedar en el propio Retén, invitación que incluía asistir al capítulo correspondiente de “Dónde está Elisa?”
A esa misma hora, el segundo grupo compuesto por Mota, Eliana, Chela y Sandra viajaban por la 5 Norte, aterrizando en la ciudad papayera recién a las 2.15 am, en la pensión de un conocido del Club “Cumbre Norte”.
La mañana siguiente, mientras los de avanzada agradecían la hospitalidad de Carabineros de la Nación, y se daban buenos chapuzones en las termas “Las Hediondas” (3.200 m.) que, afortunadamente, de mal olientes nada tenían, los otros cuatro engullían el kuchen casero de la pensión, y hacían luego un alto en para almorzar en Vicuña, con su plaza llena de cabros chicos bailando cueca.
Vueltas más, vueltas menos, guiados por un croquis de “mi” Cabo Torres, tipo 13:00 hrs. los de avanzada arribaron, por fin, a “El Portón”, lugar del Campamento Base (3.900 m). Luego de una caminata de aclimatación en las tierras de guanacos y liebres de importante presencia, daban la bienvenida al segundo cuarteto, que pasadas las 3pm pisaron el CB.
Ya cuando el sol iluminó de un color oro a la pirámide del Tórtolas, los 8 adelantados decidieron ordenar las cosas para el día siguiente partir al refugio Gabriela Mistral (5.150 m), con el fin de portear agua, pues la contaminación por arsénico de los acuíferos en esa zona, y la incertidumbre sobre la disponibilidad de nieve para fundir, pintaba un incierto panorama sobre el “abastecimiento hídrico”.
El día 17, luego de 6 horas de intenso esfuerzo con varios litros de agua y kilos de equipo a cuestas –además de un fuerte viento que se levantó a las 3.30pm- se alcanzó el anhelado y confortísimo Refugio Gabriela Mistral. La abovedada construcción aparece tímidamente en un recodo hacia el Este de la huella, y se emplaza a un costado de la lagunilla congelada, a los pies del “Acarreo de la Muerte” el mismo que conduce por el Norte a la cumbre del cerro.
Al regreso, ya muy cerca del campamento, Bety grita “un Auto!!!!”. El CB se había metamorfoseado de la noche al día. Al ritmo del reggeaton y jeepeando desde el mar, el grueso del grupo irrumpía con toda su energía, bajo la simpatía y guía de Tito Parentini. A pesar de la Tertulia que hasta las 4am los tuvo despiertos la noche anterior, Pampa, Mari, Pablo, Coyayes y Deni no mostraban ni una gota de cansancio. Es más, la efervescencia multitudinaria habría de doblegar la fatiga de los porteadores de agua, y dar nuevos bríos al cometido grupal. Con los invitados de la Rama de Andinismo de Ingeniería de la Universidad de Chile (RAI), Carlos, Rachel, Sebastián y Hugo, remataron la noche con un “cumpleaños feliz”: Pablo sumaba otro año a su existencia, y obviamente había que celebrarle un rato.
Así, el Patrio 18 de septiembre, dejábamos atrás, ya en masa y serpenteando por las laderas del Tortolitas, el CB, con rumbo definitivo hacia las alturas; únicamente Carlos y Rachel se quedaron. El grupo se reunió a hidratarse alrededor del jeep de Tito, que lo encumbró cual volantín dieciochero hasta los 4100 msnm, y prosiguió desigual marcha, contra un desafiante viento.
Entre manos frías y vómitos varios, a eso de las 16:30 hrs, sólo faltaban por llegar Sandra y Chela. Ya que la topografía impidió la comunicación radial con ellos, Bety decidió “ir a dar un vistazo a la esquina”. Los encontró avanzando muy lento…. “a lo lejos veo un pequeño cuerpo saltando y haciendo señas, era Bety que nos esperaba, yo en verdad estaba cansadísima con el frio viento arrastrándonos y fue un agrado verle”, contó Sandra, quien venía desde Santiago con una infección broncopulmonar (ver relato más abajo). Corticoides, inhalaciones e hidratación constante la revivieron.
Así, la noche encontró a 16 almas sumergidas en sacos de todos los colores, las que al son del Himno Patrio, bajo guirnaldas y banderitas tricolores que adornaban el techo de esa pequeña construcción, fueron a reunirse con Morfeo.
A las 2:30 de la madrugada del 19 de septiembre, una hora después de lo previsto, comenzó el movimiento, y 9 de los 16 se preparaban para el ataque final, que debía tomar unas 6 horas. Ataque que nunca fue.
Al solicitarle la parka de plumas a Tito, Denisse se percató de que no despertaba. Lo que pareció una broma, se hizo una complicación, y de a poco el rumbo de la expedición cambiaba drásticamente con el fin de salvar a un integrante. Eliana dio la voz de alarma: “tiene que despertar. No podemos irnos hasta que no reaccione”, exclamó. Hubo finalmente que alertar a Fernando. Como médico, ratificó lo que varios ya sabían: edema cerebral.
Fluida y sabiamente todos y cada uno se comenzaron a mover en pos de un nuevo y definitivamente superior objetivo: salvar la vida de Tito, que pendía de un hilo.
Chela, Pampa y Coyayes guiaron hábilmente la construcción de una camilla sobre la base de una escalera empleada para la construcción del Refugio, mientras todos aportaban implementos y medicamentos ad hoc a la triste emergencia. Dexametasona, inyección de suero, preguntas de control en un lapso de consciencia ¡y a bajar! Todos los hombres del grupo, más Mari y Denisse, dirigidos por Fernando, “tomaron literalmente en sus manos”, la vida de Tito en medio de la fría noche, y comenzaron el descenso cerca de las 4:30 de la madrugada.
Tres horas después y con unos 25 kilos a la espalda cada una – entre el equipo de Tito y el que los demás dejaron para bajar livianos-, Sandra, Eliana y Beatriz, se enteraron en comunicación radial, de que Tito se estaba recuperando rápidamente y ya, en su enchulado jeep, marchaba junto a Fernando rumbo al Retén de Juntas del Toro.
A las 12:30, el CB ya había sido desmontado y la naturaleza recuperaba su identidad y guardaba, para siempre, lo que el destino nos quiso brindar en una lección de humanidad.
Esperamos que las horas de angustia y ansiedad no hayan sido en vano, y cada quien haga las reflexiones y obtenga el aprendizaje que esta situación límite requiere y amerita.
Descripción realizada con base en relatos de B. Delgado, S. Pérez y S. Gálmez.
Participantes: Luis Alberto Parentini (Tito), Jefe de expedición; Fernando Salvador, Médico de expedición; Cesar Rebolledo (Mota); Eliana Chong; Beatriz Delgado (Penélope); Gabriel Muñoz; Cristian Muñoz; Sandra Pérez (Perasnevadas); Sebastián Gálmez (Chela); Juan Francisco Bustos (Pampa);María de los Ángeles Tapia (Mari); Denisse Opazo (Deni); Gabriel Corral (Coyayes) ; Pablo Águila.
Invitados de la Rama de Andinismo de Ingeniería de la Universidad de Chile, RAI: Carlos Hübner (Pippin); Rachel Pacheco; Sebastián Kreft; Hugo Ulloa.
Reflexiones de Fernando, médico de expedición
Relato Sandra Pérez y Sebastián Gálmez
Relato Beatriz Delgado Fotos de Juan Francisco Bustos «Por el Elqui y Limarí»
Ficha Cerro Las Tórtolas
Altitud: 6.172 msnm Zona: Valle del Elqui (Huanta), Región de Coquimbo Waypoints: Retén Juntas del Toro: 29°58’36.82S 70° 5’40.57O; 2.000 msnm; Desvio campamento 1 y 2: 29°55’24.73S 70° 3’57.19O 2.400 msnm/ 29°55’59.7S 69° 58’47.5O 3760 msnm; Campamento Base (El Portón) 29°55’0.39S 69°57’30.22O 3.917 msnm; Piedra de los lamentos: 29°55’9.24S 69°56’18.13O 4265 msnm; Refugio Gabriela Mistral 29°55’7.27S 69°54’30.00O 5.175 msnm; Cumbre : 29°56’21.99S 69°54’24.93º 6.172 msnm