Cerro Amarillo


Con chupalla en mano, partimos en la mañana del 17 de Septiembre a un valle desconocido en la VI región, para celebrar al día siguiente nuestro Bicentenario en una cumbre poco visitada y  con espectaculares vistas a los grandes de Los Andes centrales. La idea era hacer un cerro relativamente corto para alcanzar a llegar a celebrar con los amigos y la familia esta fecha (y alcanzar algo de asado y vino dieciochero, por supuesto).

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Coya, Paredones y Pangal

Tras tener claro que íbamos al Amarillo, nos pusimos en contacto con Elvis Acevedo, (segundo ascenso) quien nos ayudó con información y tomando como referencia algunos datos de Google Earth armamos nuestra ruta y estábamos listos para empezar. Partimos en auto a las 9:00 hrs desde Rancagua a la cordillera por la carretera del cobre al cajón del Río Blanco. Primero bordeamos el Cachapoal, luego el Pangal, y pasamos el cajón de Paredones, la mina la Juanita y llegamos a nuestro valle de destino. El camino, que permite llegar a unos pozones y a unas instalaciones de El Teniente, en su parte final es bastante empinado y no está en muy buen estado.


Cerca del mediodía, ya con mochilas puestas, partimos caminando hacia nuestro campamento base. Tras seguir senderos que aparecen y desaparecen (cuando desaparecían, nuestros enemigos los «pinchos de la perdición» y los «del terror» hacían de las suyas). Caminamos siempre por la ribera sur del río Blanco, que va siempre encajonado por grandes paredes de Roca a ambos lados. En la tarde cerca de las 18:00, luego de cruzar una gran quebrada nevada, llegamos a nuestro campamento. Una pequeña plataforma en la mitad de un riachuelo que viene de una quebrada del suroeste del Cerro Amarillo.

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En la madrugada siguiente con muchas ganas de tener nuestra Cumbre-Bicentenario, partimos animados hacia arriba. Toda la primera parte tenía nieve dura, así que, con crampones, fue rápida la ascención. Ya con el sol más alto, los neveros fueron reemplazados por acarreos bastante inclinados y empezó la marcha lenta hasta llegar al filo desde el cual se ve la cumbre. Durante el ascenso se puede ver hacia el noroeste, un enorme conjunto glaciar a los pies del Cerro Azufre. Y luego, directo hacia el norte frente a nosotros, el impresionante Cabeza de Novillo.

amarillo

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Dado que íbamos sin GPS, llegamos a un punto en el que no supimos por donde seguir; continuar hacia arriba por el filo, que contemplaba pasos en roca y gateos, o bajar y cruzar una quebrada e intentar marchar por ahí. Sin querer bajar y felizmente, tomamos la primera opción, la que nos permitió divisar la cumbre al cabo de unos minutos. Al poco andar, nos dimos cuenta de que habíamos encontrado un tesoro; tal cual Camino del Inca, todo el filo de nuestra ruta estaba enmarcado por una hilera de piedras y placas recortadas como ladrillos puestos en zigzag, formando plataformas y otras figuras geométricas impresionantes que nos recordaron al Enladrillado (por supuesto comenzaron las discusiones sobre su origen y existencia: entre vientos y ovnis se barajaba la cosa).

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Luego de un descanso, seguimos la marcha hacia la cumbre, y después de pasar por unas singulares formaciones rocosas producto de la erosión y el viento (pudimos encontrar un toro, otros veían árboles, entre otras cosas), divisamos la cumbre. En ella, un montón de piedras, escondían un tupperware con un breve relato y la rutas previas utilizadas. Anotamos nuestros nombres y dejamos una Cruz y lápiz del SMM en recordatorio del CAU.

¿La vista? increíble. Hacia el norte, El Marmolejo y El Volcán San José, luego, el Cerro Castillo con su imponente pared sur recortada. Frente nuestro, casi tocable con la mano, el maravilloso Volcán Maipo. Bailamos cueca, cantamos y celebramos el bicentenario como corresponde. A las 13:00 hrs. empezamos a bajar. Los acarreos parecían autopistas al descenso, y luego los neveros fueron un tobogán muy expedito. Cerca de las 15:30, llegamos a descansar y aprovechar la tarde en un valle que estaba sólo para nosotros. Al día siguiente temprano partimos el regreso. Luego de unos 10 kilómetros de caminata, llegamos a mojarnos los pies a los pozones y nos fuimos a diversos lugares, de la VI región a comer empanadas y asado (por suerte nos guardaron algo!) y obviamente a disfrutar de las fondas.

vista desde la cumbre

vista desde la cumbre

Agustín Denegri, Ignacio Denegri y Cristi Ferrer

y finalmente… les dejo las fotos del proyecto para este Diciembre 2010: azufre, cerro valle, y otros.

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