¿Falso? ¡falso! falso Altar

Bueno, ahora mientras me intento desligar del montañismo de escritorio extreme, relleno estas líneas con recuerdos de una época no tan gozosa, pero ciertamente más activa.

Y para hacer honor a la frase «todo pasado fue mejor», paso a contarles un relato, uno mío…para variar 😉

Érase 2008 …. érase septiembre de 2008….érase….érase….érase una vez un simpático y brillante pelado quien junto a su audaz (y completamente heterosexual) compañero de escalada encaminaron su rumbo a su objetivo dieciochero final…la cumbre del falso Altar.

altar y falso altar

¿Falso? Para nada, toda una auténtica verdad. Más auténtica que la simpatía de Abdo, el pelo de Bascu o la timidez oratoria de Ernesto. Una cumbre que nada tiene de altar, excepto quizás por su proximidad con el «otro» … el otro Altar.Y que nada tiene de falsa, excepto tal vez por su promesa de facilidad.

Pero centremonos en la historia, y más aun en el cerro. Y partamos diciendo que esta enclavado en un cajón conocido como Yerba Loca (nombre no tan preciso pero sí bastante popular) muy cerca de Santiago. Fácilmente visible, o mas bien invisible a los pies de la conocida cumbre del Altar. Y es quizás su eterna confusión en su proximidad la que le gano el tan singular apócope de «Falso Altar».

Y no es posible dejar de mencionar que la ruta, muy visible por lo demás. La cual discurre por el frente dividiendo el cerro en 2 partes, 2 partes imaginarias. Porque si un vulgar canalón con unas pocas cascadas de hielo pueden dividir un cerro, será la falsedad la que se adueñe de mis palabras. Lo cual hará mas entretenido el relato, ya verán.

Pero sigamos, tal como nosotros lo hicimos, por una ruta que resultó ser mas falsa que el nombre del cerro….¿Altar?…¡¡NO!! Falso Altar.

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Es lo usual acampar a los pies de «las cascadas» de Yerba Loca, lugar fácilmente reconocible y frontera visible entre la alta montaña y el treking estival.  Sobre dicha frontera acampamos y cruzamos sus inciertos bordes una mañana muy temprano amparados en una oscuridad esquiva, que a veces se escondia de la luminosa luna primaveral.

Mi gran error, y debo admitirlo, fue tomar por la derecha. Ni la derecha política, ni la derecha intelectual. Es tan sólo que tomé el cajón por la derecha, impidiéndome una perspectiva que me ayudó a errar el camino y  que sello nuestro destino al meternos de lleno en el canalón que nos conduciria al falso Falso Altar.

«Vamos pa’lante» fue mi frase «ganadora» de aquel día. Si bien a los pies del canalon no estaba muy seguro de ir por donde se supone sabia ir, mi frase ganadora pudo mas y empezamos a subir.

Buenas condiciones de nieve, pendiente fuerte pero no demasiado fueron la tonica del canalon. Pasado un buen rato era fácil darse cuenta que ese no era el canalon que «si era», pero puesto que «sí» estabamos en el que «no era» pero en el que «si era» no era el que estaba bajo nuestros pies. Bueno, pa´arriba nomas. Deben haber transcurrido eternos 2 minutos antes que mi destrozado orgullo me permitiese decirle a Nico que me habia equivocado de canalon, esto del ego no la lleva

Pero ya estabamos allí, y después de hacer algunas suposiciones historicas era mas o menos obvio que tendriamos que agregarle un «falso» más al nombre del cerro que en aquel momento ibamos a escalar. Asi que seguimos solo para ver que linda sopresa nos esperaba al final del canalon rumbo al falso Falso Altar.

El final del canalon, acompañado de las primeras luces del alba decidio mostrarme con una amplia sonrisa de piedras sueltas la magnitud de mi condoro, «linda sonrisa cariada, cerro conch……dre» pense alegremente. Una amplia terraza rodeada de una ni tan alta ni tan baja pared de roca, son la antesala a la ruta que al menos en teoria nos conduciria al Falso Altar. Sobre esa pared nos encontrabamos, a unos a ojo 80mts de altura sobre la terraza, contemplando donde deberiamos estar versus donde estabamos. Ups, …condorazo.

falso altar

Unos amigos se antecedieron a nuestra desdicha la temporada anterior, y llegando al mismo triste destino decidieron bajar, nosotros decidimos continuar. La pared de roca describe una amplia curva, cuya parte concava apunta hacia la terraza que antes mencione. En su parte superior tiene un filo mas o menos continuo que en la medida que se acercaba a la montaña se descomponia entre varios gendarmes de roca de muy dudosa calidad. Pero tenia una particularidad  que decidimos aprovechar. Como si de una vil mandibula se tratase, al acercamos a la montaña menguaba la altura que distaba entre los putridos dientes sobre los cuales nos encontrabamos y la blanca lengua de nieve a la que queriamos llegar.

Asi que con algo de suerte, esfuerzo, y la magia de los calzoncillos amarillos que tenia puestos mas los insignificantes 60 mts de cuerda doble que habiamos llevado, lo podriamos lograr. Buscamos un emplazamiento «seguro» para armar un anclaje y descender por las cuerdas. Comprenderan que rodeados de roca suelta que tiende a hacer de la ley de gravedad su fiel compañera no es tan sencillo encontrar un buen emplazamiento para un anclaje. Pero despues de algunos experimentos, vencer una cierta tendencia a recordar esos tiempos en que los pañales eran una ayuda y limpiar -en la medida de lo posible- la ruta por donde ibamos a bajar, comenze el descenso.

Probar el anclaje era la primera medida, asi que me colgue un poco

– Nico, ¿se mueve?

– no, no me muevo

– Voh no awev….

– ahhh, no, el anclaje no se mueve

Comenze a rapelear (descender haciendo uso de la cuerda queridos lectores no montañistas), limpia un poco por allí, mueve eso de alla, ojala eso que vi no me caiga encima,  ¿la cuerda llega abajo? si, llega abajo. 50 mts de debate mental y estaba en el suelo, al lado de la terraza sobre la lengua de nieve y a tan solo 100 mts de mi en linea casi recta estaba el canalon glorioso que nos conduciria a la cumbre del ni tan falso, falso Altar. Se me hiceron agua los ojitos de la emoción, todavia era buena hora, el día prometia ser amigable con nosotros y habiamos superado una barrera de roca que nos impedia llegar…. ¿dije «habiamos»? bueno, me adelante un poco, a Nico todavia le faltaba bajar.

rapel de la muerte

Me aparte bastante mas que poco de la linea de la cuerda, si bien habia limpiado la ruta a conciencia, con esa calidad de roca quedaba harto mas por caer y de seguro caeria junto a Nico. Asi que en cuanto hube terminado mi prudente medida Nico empezo su descenso. Hizo su propia versión de limpieza roquistica, y descendia junto con algunos pedazos de roca, por suerte todos bajando más rapido que él.

Justo cuando tan solo 10 mts lo separaban del suelo, hubo un trozo de roca que le tomo cariño. Y tengo la fuerte sospecha que lo encontro sexy, ya que se tiro con violencia contra la entrepierna de Nico fallando por pocos centimetros al chocar contra su muslo derecho.

Yo lo vi caer, un pequeño microondas de roca acompañado de otros trozos menores se abalanzaron sobre él. Tuvo suerte, solo le golpearon la pierna y no perdio el control ni solto la cuerda. Bajo como pudo y corri hasta donde estaba para ver la magnitud del daño.

La pernera del arnes ayudo a que la roca no le rajara la pierna, aparte de eso y un fuerte dolor nada habia por ver. Se fue tras una roca por si acaso y se reviso a conciencia, puesto que podia camicojear y dada la cercania de cosas que no queria ver lo deje revisarse él primero. Tenia movilidad, sensación y al parecer nada sangrante ni roto. Asi que se presentaba la disyuntiva, ¿subir o bajar?

Luego de unos minutos para ver como evolucionaba y yo guardando la esperanza de que todavia podiamos seguir, hice la ansiada pregunta «¿podras seguir?»…Despues de una fea mirada escuche lo que no queria oir, «no».

Me tuve que tomar unos minutos para asimilar que ya no era «arriba» la dirección de nuestros siguientes pasos, la ambición de cumbre era poderosa. La bajada seria por el canalón que «si era» y Nico podia camicojear. Tome toda la carga que pude para facilitarte el descenso y partio por delante mio. Seguramente pensaran que a esa altura yo iba pensando «Nico cu…» pero no, eso fue solo 1 seg despues que dijera no, pero se disipo rapidamente, por suerte para él….aj aj aj (risa malevola deprimente)

Cabe decir que la susodicha canaleta perdida no fue facil de encontrar, es mas, no la encontramos. Despues de sortear diversos manchones de nieve, tramos faciles de roca y para cuando la nieve no nos daba mas opciones para seguir bajando por un terreno que no fuera vertical, decidimos rapelear. Sus anclajes en hielo, sus anclajes en roca, su par de tres rapeles (esto de no saber contar) y estabamos abajo, camino al campamento.

El resto no tiene mayor paticularidad, campamento, descanso-laaaaarga caminata-Santiago.

Solo queda mencionar que el bonito hematoma que le quedo a Nico por algunos meses se tendia a desplazar, y de un digno moreton delantero por atras de la pierna fue a quedar. Asi que la evidencia de un digno accidente de escalada, en un posible atentado contra la perdida de su dignidad se fue a transformar.

Y peladin colorado, esta historia se ha acabado.

Claudio Suau, humilde escritor peladistico

Nicolas Moreno, coprotagonista de esta jugosa historia.

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